Inversión municipal de 80.000 euros para reformar el velatorio de Guamasa (Eldia.es)
El objetivo de los trabajos es garantizar la accesibilidad y mejorar el servicio que se presta en la instalación | El plazo de ejecución de las actuaciones es de tres meses
N. P. A.
La Laguna | 19·05·23 | 09:00
El Ayuntamiento de La Laguna ha sacado a licitación las obras de reforma interior del velatorio de Guamasa, con el fin de garantizar la accesibilidad al inmueble y mejorar las condiciones del servicio de pompas fúnebres. El precio de licitación del contrato es de 79.475 euros y el plazo de ejecución de las obras es de tres meses, según informó el Consistorio en una nota de prensa.
Las obras permitirán adaptar la actual edificación al decreto de Sanidad Mortuoria de la Consejería de Sanidad, haciéndola accesible para personas con movilidad reducida. Para ello se realizarán distintas intervenciones, incluyendo la rebaja de parte del nivel del piso interior para dejarlo en la misma cota y las obras de albañilería para la adaptación de aseos.
Asimismo, se llevará a cabo la reforma de la instalación eléctrica del inmueble, dotándola de un sistema de extracción de aire, y se habilitará una sala de preparación, de la que el inmueble carece en la actualidad. Por último, se ejecutará la sustitución de pavimentos y revestimientos.
El alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, señala que la mejora de velatorio de Guamasa viene «a responder a la demanda que nos han venido manifestando los vecinos del pueblo, especialmente a través de la Asociación Santa Rosa de Lima, con quienes venimos realizando un trabajo continuo de escucha activa para mejorar las infraestructuras de la zona y, en este caso concreto, para contar con unas instalaciones acordes al servicio esencial que se presta en ellas».
El velatorio de Guamasa se sitúa en una parcela de titularidad municipal del pasaje Emilia Oliver, vía transversal al camino Santa Rosa de Lima. El PGO vigente delimita la edificación actual, sin posibilidad de aumento de su ocupación en superficie, por lo que no cabe la posibilidad de ampliar el inmueble. Ante esta circunstancia, el Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Obras e Infraestructuras, ha optado «por intervenir para mejorar al máximo las instalaciones, de manera que pueda garantizarse que este servicio se realiza en las condiciones adecuadas», indica.
Un decreto de la Xunta regulará los entierros sin féretros y se reduce a 12 horas el tiempo mínimo de espera (Galicia Press)
Galicia contará con un censo de empresas funerarias, velatorios y crematorios, que no podrán estar a menos de 200 de parques o residencias
Europa Press | Viernes, 19 de mayo de 2023, 20:27
El Consello de la Xunta ha evaluado este viernes el borrador de decreto sobre sanidad mortuoria de la Comunidad gallega, que ha acordado enviar al Consello Consultivo de Galicia para que haga el examen de esta normativa y dictamine sobre una normativa que, entre otras cuestiones, pretende garantizar los entierros por otros ritos religiosos como el musulmán y que permitan, con seguridad sanitaria, inhumaciones sin féretro en función de la confesión que así lo rige.
Una vez aprobada la normativa, se sustituirá el decreto 151/ 2014, que es el que regulaba hasta ahora la sanidad mortuoria en Galicia y la creación del censo de empresa y establecimientos funerarios en la Comunidad gallega.
Tras estos años de vigencia de la normativa anterior, su aplicación ha puesto de manifiesto la «conveniencia» de abordar la modificación de la regulación de ciertos aspectos que, reconoce la Xunta, la realidad diaria, la experiencia práctica y la evolución del sector pusieron de manifiesto.
A ello se suma que el 4 de abril de 2017, el Parlamento aprobó una proposición no de ley en la que se instaba ala Xunta a modificar el decreto vigente para regular aquellos entierros que, por motivos confesionales, se tengan que hacer en contacto con la tierra.
EXIMIR DE FÉRETRO
Así las cosas, la nueva regulación a estudio del Consultivo recoge la posibilidad de eximir del uso de féretro para entierros en aquellos casos en que, por razones de confesionalidad, así se demande y tras conformidad con el titular del cementerio en que se vaya a inhumar.
Esta modificación facilitará entierros por los ritos musulmán y judío en territorio gallego, tal y como ha destacado el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y como se ha informado a los representantes de estas comunidades religiosas.
Así, la nueva regulación tiene por objeto también reducir el control administrativo preexistente para sustituirlo por una intervención más limitada, centrada en aquellos aspectos exclusivamente sanitarios derivados de la actividad funeraria, manteniendo en todo caso un alto nivel de protección de la salud.
También se hace un reconocimiento competencial expreso a las administraciones locales, como proveedoras de los servicios públicos a la población entre los que se incluyen los cementerios y las actividades funerarias.
Adicionalmente, la Comisión de Salud Pública constituida en el Sistema Nacional de Salud acordó la creación de un grupo de trabajo formado por representantes de las comunidades autónomas y coordinado por el Ministerio de Sanidad para la elaboración de una guía de consenso de la sanidad mortuoria. En consecuencia, este nuevo decreto incorpora gran parte de las determinaciones de la guía consensuada.
TIEMPOS MÍNIMOS
Además, se modificarán los tiempos mínimos exigidos desde el fallecimiento para poder realizar prácticas sanitarias sobre el cadáver, así como la reducción a 12 horas del plazo mínimo para poder dar el destino final a un cadáver, siempre que se disponga con la licencia de enterramiento.
El borrador de decreto incorpora, además, un capítulo relativo al procedimiento de regularización de cementerios preexistentes, que en la regulación anterior se recogía como un procedimiento extraordinario y que pasa a ser una vía permanente y necesaria para facilitar la legalización de numerosos cementerios que en la actualidad no cumplen con los trámites administrativos exigidos por la normativa.
También se modifica el procedimiento para el enterramiento en lugares especiales, eliminando la autorización sanitaria para aquellos existentes y, en el caso de nueva construcción, se les atribuye a los ayuntamientos la competencia necesaria para la concesión de las oportunas licencias.
CREMATORIOS
Otro aspecto del decreto es la regulación de los crematorios, como ha destacado el presidente en la rueda de prensa. Su instalación se prevé preferentemente en suelos de uso industrial, en un edificio independiente y exclusivo para servicios funerarios y actividades complementarias.
Se establece una distancia de 200 metros contados desde el foco de la emisión que constituye la chimenea del crematorio en la que no podrá haber zonas residenciales de la tercera edad, centros sanitarios, centros educativos, parques infantiles, instalaciones deportivos u otros similares.
Finalmente, se introduce por primera vez un censo de empresas y establecimientos funerarios de Galicia, en que se inscribirán mediante declaración responsable las empresas del sector, tanatorios, velatorios y crematorios con razón social en la Comunidad.
Descansar en paz a cargo de la administración (Atlántico Hoy)
Solo hay dos territorios en España donde el coste de los servicios funerarios de sus residentes corren a cargo de la administración pública y uno de ellos es La Gomera
EFE
21 de mayo de 2023 (10:46 CET)
La muerte lleva aparejada al dolor por la pérdida de un ser querido un desembolso económico considerable, en torno a los 3.500 euros de media el servicio básico sin extras, pero hay dos lugares en España donde esto no supone un problema añadido porque la administración paga. Uno está en Canarias, en la isla de La Gomera, donde sus ciudadanos tienen cubiertos todos los gastos; el otro, Fuentes de Andalucía, un pueblo de Sevilla de poco más de 7.000 habitantes, cuyo ayuntamiento, gobernado por Nueva Izquierda Verde Andaluza (NIVA), implantó este servicio en 2018.
Allí, el único requisito para tener acceso a estos servicios, incluida la apertura de nichos y el traslado de restos a un nuevo osario o columbario transcurridos diez años desde el entierro, es estar empadronado y residir en el pueblo al menos durante los cinco años anteriores al fallecimiento. En La Gomera todos los gastos están incluidos: servicios fúnebres, caja funeraria, traslado del féretro, una corona de flores, embalsamiento del cadáver, gastos de sepultura y alquiler del nicho, lápida y colocación de la misma, velatorio, oficios religiosos, cien recordatorios y una esquela.
Ni siquiera hay que residir en la isla para beneficiarse de la póliza de decesos del Cabildo, que viene aplicando desde 2002: incluye a los residentes ausentes, con la única condición de que figuren como tales en los registros especiales de los seis municipios gomeros.
El peso de la emigración
La isla tiene una población de derecho de 22.000 personas y se cuentan «por miles» los que residen en Cuba y, sobre todo, Venezuela, señala a EFE el presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo, de la Agrupación Socialista Gomera (ASG). Cuenta Curbelo que fue precisamente durante un viaje a Venezuela cuando se le ocurrió la idea.
La comitiva oficial pasó por una zona de chabolas y alguien le comentó que allí vivía un gomero; él preguntó si tenía familia, que no, y qué sucedía si le pasaba algo, si fallecía, y obtuvo el silencio por respuesta. Por eso decidió que la póliza tuviera un «carácter universal», sin distinciones, para que cubra a todos los ciudadanos de la isla «sea cual sea el país en el que residan».
Se ha dado cobertura a decesos de gomeros en Canadá o durante viajes de «larga distancia», y otros en los que los trámites resultan complejos, como el del fallecimiento de un joven en el Sáhara. Incluso en algunos casos se ha atendido a gente que siendo gomeros no están incluidos en la póliza, «pero por una cuestión de humanidad se suele resolver», indica Curbelo.
Pero es que hay más: si algún ciudadano de la isla tiene contratado un seguro por su cuenta, la póliza del Cabildo le compensa los costes a la familia del asegurado. «A lo mejor esto no es bueno para los seguros porque le quita clientes», dice con una media sonrisa Casimiro Curbelo, que calcula que desde la puesta en marcha de este servicio se han atendido a más de 2.000 personas y según la póliza vigente contratada por el Cabildo de La Gomera el coste máximo anual es de 659.716,66 euros.
Marratxí construirá un nuevo tanatorio (Mallorca Diario)
Por Redacción
El Ayuntamiento de Marratxí construirá un nuevo tanatorio en el cementerio municipal y reformará diferentes zonas del recinto. El proyecto básico encargado por el consistorio indica que al nuevo tanatorio se integrará una sala de autopsias, nuevos almacenes, hornos en condiciones y también se habilitará una entrada para vehículos. Este nuevo edificio tendrá una superficie de unos 200 metros cuadrados y unos 3,7 metros de altura.
También está previsto llevar a cabo unas mejoras en el cementerio. La zona del exterior, el camino de la entrada y el edificio principal serán reformados con el objetivo de mejorar su aspecto y su funcionalidad. Se prevé sembrar alrededor de 50 árboles, instalar una nueva iluminación de esta zona y soterrar la red de distribución eléctrica, que actualmente pasa por encima de la fachada.
El edificio principal se transformará en el vestíbulo de todo el cementerio con la zona de atención al público y dos salas de velatorio del doble de la superficie actual. En el camino de la entrada, se propone un nuevo pavimento de piedra, respetando los muros y la vegetación. En esta zona se sugiere instalar una marquesina con techo de vidrio que permita un cobijo por el acceso en el edificio principal y conectar el edificio con la zona de servicios del cementerio.
Además, se construirá un azulejo por donde se pueda ver desde el exterior del cementerio un carruaje fúnebre antiguo, propiedad del consistorio, restaurado por la brigada municipal.
Cómo es trabajar en el cementerio más grande de Europa: «La diferencia con otros trabajos es que tienes mucha carga emocional» (El Mundo)
Laura Sánchez estuvo hasta hace poco como operaria del crematorio. Ahora es encargada de cementerios, la primera mujer con esta responsabilidad. Miguel Valero lleva más de 30 años como enterrador, desde los 18 años.
Actualizado Lunes, 22 mayo 2023 – 09:10
Laura y Miguel trabajan en un sitio de nada menos que 120 hectáreas en plena capital. Un lugar que inauguró Alfonso XII en 1884 para atajar una epidemia de cólera en Madrid (murieron 1.300 personas en solo 130 días). El cementerio de La Almudena es el camposanto más grande de Europa Occidental en activo. Fue completado en 1925 y ampliado en 1955 y 1970. En 1973 se construyó en su interior el primer crematorio que hubo en nuestro país (ahora hay 537, récord europeo).
Calcular cuántas personas han sido enterradas en La Almudena es complicado, por lo que los números oscilan entre los tres y cinco millones, más que los habitantes actuales de la ciudad de Madrid. Muchos de ellos personajes célebres como Santiago Ramón y Cajal, Benito Pérez Galdós, María Moliner, Enrique Tierno Galván, Lola Flores o el inventor del autogiro, Juan de la Cierva.
Maravilla Leal, de 20 años, y Pedro Regalado, de 14 meses, fueron los que estrenaron el cementerio y, como recuerdo, sus tumbas son las únicas a perpetuidad en este cementerio (dicen que las pagó Alfonso XII). El resto, da igual lo importante que sea el personaje que repose allí, están sometidas a la concesión. Las familias deberán volver a abonar las tasas cuando expire el plazo. Si no, los cuerpos serán exhumados.
Laura Sánchez León trabajó durante 13 años en el crematorio de La Almudena. Ahora es encargada de cementerios, la primera mujer con esta responsabilidad. Miguel Valero empezó hace ‘treintaytantos’ como enterrador (oficial de cementerio es el nombre que se usa) cuando todavía estaba en el instituto: «No sabía ni coger una pala, así que aprendí el oficio desde cero».
Aunque en un sitio así parece que nada cambia, las cosas son muy diferentes a como fueron en el primer día de trabajo de cualquiera de ellos. Hoy en día, las cremaciones se acercan en España cada vez más al 50% frente a las inhumaciones, sean en tumba o nicho. En grandes ciudades son ya la opción mayoritaria. Como curiosidad, España es el país europeo con más hornos (537) y, sin embargo, no es donde se realizan más cremaciones: en Reino Unido se incinera a más del 70% de los fallecidos.
«ME IMPACTA CUANDO LA GENTE APLAUDE»
Laura viene de familia funeraria. Su abuelo, al que no conoció, fue funcionario del cementerio, su abuela fue limpiadora de las oficinas, su padre empezó de enterrador hace 35 años y su hermana trabaja en el departamento comercial.
«Trabajar en un cementerio para nosotros es algo normal. Empiezas a la hora que te corresponde, te pones el uniforme y a trabajar. La única diferencia es que trabajas con mucha carga emocional. La gente viene con los sentimientos a flor de piel, hay momentos tristes, momentos tensos…», explica en la sala preparada en el crematorio para la entrega a las familias de las cenizas de sus seres queridos.
Ella es capaz de pasar página cuando termina la jornada, pero todavía hay algo que le impacta como el primer día: «Cuando la gente aplaude. No sé por qué pero se me ponen los pelos de punta», cuenta.
Explica que aunque siempre consuelan a los que lloran a los suyos, tienen que aprender a gestionar los sentimientos: «Intentas sacudirte esa energía y olvidarte de lo que ha pasado. Para no llevarlo con nosotros».
Miguel, con el que charlamos unos metros más allá, en el cementerio, lo que tiene bien marcado son los peores momentos de la pandemia, cuando solo un familiar o como mucho dos podían participar en el entierro. En muchas ocasiones, ninguno, porque había que respetar los periodos de cuarentena.
«Era agotador. Salías por la mañana y estaba todo vacío, llegaban los coches fúnebres, preguntabas y no había familia», recuerda sobre aquellos momentos tan sombríos, en los que no paraban de trabajar. Los familiares que sí podían ir, se apoyaban emocionalmente en ellos: «Nos lloraban y nos contaban la vida del fallecido».
«SE DESCONOCE TODO SOBRE LOS FUNERARIOS»
«Creo que se desconoce todo sobre los funerarios», asegura convencida Laura. «Hay un proceso de coordinación en el que interviene mucha gente, desde que alguien muere hasta que se le entierra o incinera. Estamos muy compenetrados y, a la media hora del aviso del fallecimiento, ya está todo contratado. Nos tenemos que mover muy rápido», explica sobre un dispositivo medido al milímetro.
«Tratamos que la familia se sienta lo mejor posible y que note que estamos cubriendo todas sus necesidades», continúa. Lo mismo explica Miguel, cómo se esfuerzan por no incomodar a la familia en momentos tan tristes: «Siempre pedimos permiso, sea para mover el féretro o para sacar las flores. Las familias están muy atentas a lo que hacemos».
En el crematorio, trabajan como mínimo dos compañeros. El cuerpo siempre está en el ataúd cuando se introduce en el horno, una pregunta que raro es el día que no les hacen. La caja no puede llevar elementos metálicos ni barnices por la normativa de medio ambiente. Depende del peso del fallecido y de la temperatura, se tardará entre dos o tres horas en que queden solo los huesos, que posteriormente se muelen. Los huesos molidos son las cenizas que se entregan a los familiares.
La duda habitual es si realmente son las cenizas de esa persona: «En el horno se diferencia con un papel con el nombre del fallecido que acompaña en todos los pasos. Es casi imposible que haya una equivocación». Una curiosidad es que hay que retirar todos los metales pesados, las prótesis y los marcapasos. En el caso de La Almudena, se entregan a una empresa de reciclaje y los beneficios se donan a asociaciones de cuidados paliativos y de duelo.
Las labores de los técnicos de cementerio también incluyen las exhumaciones, diarias por los plazos que tienen las concesiones de las tumbas. De ahí que Miguel, además de en La Almudena, también trabaje en el cementerio Sur de Madrid, que gestiona la misma empresa municipal, Servicios Funerarios de Madrid. Con las exhumaciones, hay otra duda que no falla: «Siempre surge: ¿Cómo salen? Y yo, que estoy sacando cuerpos todos los días, no lo sé hasta que no abrimos el féretro. Nos los podemos encontrar de cualquier manera, depende de la caja, de la unidad de enterramiento en la que esté o de la humedad que haya. Cada uno sale de manera diferente».
¿Cuánto cuesta morirse en España? (El Mundo)
Morirse es gratis, faltaría más, pero el precio medio de los servicios funerarios asciende a 3.739 euros de media si es un enterramiento o 3.617 euros si se elige la incineración ¿Cuánto cuesta morirse en España?
. Aunque tengamos la rara suerte de no haber tenido que organizar ninguno. Morirse es gratis, faltaría más, pero el precio medio de los servicios funerarios asciende a 3.739 euros de media en España si se trata de un enterramiento o 3.617 euros si se elige la incineración, según un estudio publicado hace un par de años por la OCU.
¿Nos vamos de este mundo con un gasto exagerado? ¿Conocemos todo lo que implica una despedida que se desarrolla en un ajustado plazo de 24 horas? ¿Sabes que las incineraciones superan desde hace tiempo a los entierros tradicionales en las ciudades grandes? ¿Y que cada vez hay más ceremonias laicas? [Más información: Cómo es el entierro tipo en España]
No, no mires el calendario. Claro que no es 1 de noviembre. Pero por qué hay que tener una fecha para hablar de algo tan cotidiano y tan poco comentado como es la muerte.
«Al final un servicio funerario no deja de ser un reflejo de cómo evoluciona la sociedad y, a raíz de la pandemia, se puso de manifiesto la enorme labor humana que hay que desarrollar en nuestro sector», explica Francisco Enríquez, vicepresidente de la patronal, la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef), y en el negocio en Córdoba desde hace tres generaciones.
«Mi casa estaba en lo alto de la funeraria, así que de niño jugaba ahí al lado», añade sobre la tradición que empezó con su abuelo.
«Nuestro reto principal es que cuando preguntemos por la calle qué es un servicio funerario, la gente no responda que solo es enterrar a los muertos. Porque es infinitamente más. La infraestructura, la coordinación entre diferentes departamentos, los trámites administrativos… Se simplifica mucho nuestro trabajo porque nadie quiere hablar de la muerte. En España trabajamos en este sector unas 12.000 personas y hay unos 450.000 servicios al año», detalla.
Francisco Enríquez divide los servicios funerarios en cuatro áreas: la parte más funcional, que son los servicios que se prestan desde la recogida hasta el destino final del cuerpo; la sanidad mortuoria («nos gusta decir que somos el último eslabón de la cadena sanitaria, como ha quedado patente con el covid»), que incluye la atención psicológica para los familiares; el acto social que supone el velatorio («se huye cada vez más de lo tenebroso y los tanatorios parecen ya hoteles») y la parte de recuerdo y honra al fallecido, con ceremonias y recordatorios cada vez más digitales.
«Todo esto hay que hacerlo en las 24 horas posteriores al fallecimiento, por lo que nuestras infraestructuras y nuestro personal tienen que estar sobredimensionados para poder afrontarlo», detalla Enríquez. «Para cada fallecido se necesitan al menos nueve personas del equipo. Hay días en los que solo hay cuatro servicios y otros que hay 20. No puedes decir, ‘muérase tal día, que estará la cosa más tranquila'».
«LABOR SOCIAL Y PSICOLÓGICA»
Fernando Alcón es tanatopractor (los profesionales que se encargan de preparar al muerto para el velatorio) y profesor de esta disciplina desde hace más de 20 años. Estudió enfermería, pero finalmente decidió seguir con el negocio de un familiar que estaba a punto de jubilarse. «Mi formación me facilitó ciertos trabajos de cirugía menor que se pueden aplicar a nuestro campo».
Alcón preside además la Asociación Española de Profesionales de los Servicios Funerarios (Aesprof), que reúne a profesionales de distintos ámbitos, desde el personal de cremación a los encargados de la limpieza o del mantenimiento de los cementerios.
«Hacemos una labor social y psicológica para las familias. Se llevan un recuerdo agradable de un momento duro al ofrecerles una despedida digna», asegura Alcón. En el caso de la preparación de los cadáveres, su oficio, cree que «poder ver al ser querido casi como cuando estaba vivo da el apoyo emocional para poder asumir el duelo».
Algo que, señala, faltó en los peores momentos de la pandemia: «Cuántas dudas surgieron por no haber podido ver el cuerpo y desconfiar si las cenizas que te entregaban eran las de tu familiar».
«En este sector hay profesionales que se implican y hacen todo para atender a las familias, que es lo que más se agradece. El trato personal es lo más importante, no la caja o el mercedes, que parece que es en lo que la gente piensa cuando se habla de los servicios funerarios», señala.
También piensan en el precio, aquella opinión compartida de que morirse es caro. Cerca de la mitad de los españoles cuenta con un seguro de decesos, según señala el último informe del comparador de funerarias Funos. Una tradición que en muchos casos anima a incluir en la póliza familiar a niños recién nacidos.
«El seguro de decesos funciona muy bien porque la persona que lo contrata le está quitando el muerto, nunca mejor dicho, al que viene detrás», expone Jesús Pozo, director de la revista ‘Adiós’, dedicada a reflexionar sobre la muerte desde la cultura y el arte. «Si no, los familiares tienen que pagar por un producto por el que están llorando».
Las empresas líderes en este sector son Santalucía (31% del mercado, según un estudio elaborado por INESE Data), Ocaso (18%) y Mapfre (11%), que también tienen participación en funerarias y tanatorios. [Aquí puede leer otro reportaje de este especial sobre estas compañías]
«Según la póliza que se tenga, a lo largo de la vida puedes acabar pagando el funeral varias veces, aunque es cierto se encargan de organizar todo», dice Marc Vallhonesta, fundador del comparador funerario. Las aseguradoras, recuerda Jesús Pozo, deben devolver el dinero de los servicios contratados que no se hayan utilizado. «Si por lo que sea no lo hacen, hay que reclamarlo», aconseja.
Vallhonesta había leído multitud de quejas por los precios de los servicios funerarios y vio una oportunidad de negocio para los que no tienen contratadas estas pólizas. Funos empezó en otoño de 2021 solo en Cataluña y trabaja ya en 35 provincias. «En la pandemia mucha gente necesitó contratar un servicio por internet y pensé que era el momento de ofrecer información transparente, objetiva e independiente para decidir qué es lo que quieren realmente».
«La falta de competencia hace que la gente no se informe y que al final se paguen precios más caros de la cuenta. Hay opciones de hacerlo más barato, porque la gente también está cambiando su forma de ver esta despedida y no quiere tanta pompa», explica.
«De lo que no se prescinde es de una ceremonia, sea religiosa o laica», asegura Vallhonesta. «Al final es el momento en el que dices adiós. Ya no es tanto un acto triste, de luto, como era antes, como recordar aquellos momentos que hemos vivido junto a esa persona».
¿Y qué ocurre si no se tiene dinero para pagar en entierro? Según señala el Código Civil, los familiares tienen la obligación de abonar los gastos, aunque el muerto no haya dejado herencia. Si la hubiera, estos gastos se pagarán a cargo de los bienes del fallecido y los herederos podrán descontarlos del impuesto de sucesiones. Si los familiares demuestran que no disponen de suficientes recursos para hacerse cargo del sepelio, el Ayuntamiento correrá con los gastos. Otra posibilidad es donar el cuerpo para investigación.
¿Caro? ¿No tanto como pensábamos? Si no lo has hecho todavía, sube de nuevo y comprueba los costes de cada paso del proceso en nuestra herramienta interactiva. Te ayudará a decidirte por una u otra opción.
Paco Burgos cuenta su historia en el cementerio: “Nunca tuve miedo” (Cadena SER)
El sepulturero de Almería
Carlos Miralles
SER Almería 22/05/2023 – 11:51 h CEST
Es la una de la tarde de un día ventoso y soleado en Almería, algo habitual en esta tierra. Pero esta entrevista se sale un poco de los guion, de la rutina. En la puerta principal del Cementerio de San José, en Almería capital, espera Francisco Burgos González, Paco, para los amigos.
Nació el 2 de febrero de 1980. Le apasiona el fútbol sala y junto a su hijo, también llamado Paco, que estudia en Murcia, aprovecha cada evento por España para ver torneos. Con solo 43 años pone en el escaparate un oficio como cualquier otro pero del que no se saben muchas cosas.
Paco Burgos es una persona inquieta y antes de llegar al cementerio trabajó como repartidor, vigilante, mozo de almacén y en la construcción. Mientras entrenaba en fútbol sala hizo una entrevista para la que ahora es su profesión, quizá sin demasiadas esperanzas de que lo llamasen, hasta que un día le sonó el teléfono para incorporarse a Grupo ASV Servicios Funerarios. Han pasado ya 16 años y dice que es un oficio como otro cualquiera.
Labor
Pero, ¿qué trabajo desarrollan Paco y sus compañeros en el cementerio?. Primero hay que explicar que hay cinco en el término municipal y que durante la jornada laboral hay muchas cosas por hacer: «No nos encuadramos solo en sepultureros. Hay cinco cementerios en Almería como La Cañada (San Ignacio), El Alquián, Cuevas de los Medinas, Cabo de Gata y el de la capital, San José. También llevamos mantenimiento, maquinaria, colocamos lápidas, jardinería… hay muchas cosas más».
Como dato a tener en cuenta, entre todos cementerios del término municipal de Almería suman 40.000 nichos. «Hay familias enterradas juntas, La tumba más antigua está en los panteones, y data del año 1882», dice Paco.
El primer día
El estreno de Paco Burgos como sepulturero fue emocionante: «Me mandaron al cementerio de Cabo de Gata para el rodaje de una película. Dije, ¡mira qué suerte!. Estuve abriendo y cerrando puertas, acompañando a los actores… Manuel Martín Cuenca era el director y allí rodaron un día entero varias secuencias y se llama ‘La mitad de Óscar’. En la capital estuvieron Javier Bardem y Salma Hayek. Se grabó ‘Los caminos que no escogemos’ en el cementerio civil y lo cambiaron todo, hasta con decorados. Anteriormente hubo más pero que yo recuerde son esas dos».
Su familia
Sentados a la izquierda de la puerta principal del cementerio, Paco se siente cómodo contando su historia para LA VOZ y Cadena SER. «Es como una charla entre amigos, distendida», llega a decir. La familia de este almeriense no esperaba ese cambio tan radical en su vida laboral e incluso indica que se trababa de una broma: «Así es, pensaban que era mentira. Ni tenía arraigo ni familiares en este oficio, así que no se lo esperaban. Luego se normalizó todo porque es un trabajo más».
Valorar la vida
La percepción de la vida le cambió completamente a Paco Burgos desde que firmó su nuevo contrato. Ha visto tantas situaciones en el cementerio que piensa que cada mañana cuando sale el sol se pasa lista y como nunca sabes si tu nombre aparece en ella, es mejor vivir cada segundo con felicidad y alegría junto a los tuyos: «Antes de comenzar a trabajar como sepulturero vivía más preocupado. Decía vamos a recortarnos de aquí, no voy a jugar al fútbol porque estoy cansado, y varias cosas más. Ahora valoro cualquier mínimo detalle. Si puedo hacer un viaje o echar cervezas con los amigos lo hago. A diario te das cuenta de que si estás en la lista ya has terminado, da igual si eres guapo, feo, rico o pobre. Disfruto la vida mucho más».
Inhumaciones e incineraciones
Los tiempos cambian y el coronavirus tuvo mucha incidencia. En sus primeros años de sepulturero era muy habitual hacer inhumaciones prácticamente a diario pero esa dinámica se está empezando a igualar. Incluso su labor es tan amplia que siempre están ocupados ayudando a los que visitan el cementerio: «Cuando yo entré había bastantes inhumaciones. Preparamos los nichos y si no pues ponemos lápidas, recogemos cosas, cambiamos papeleras, jardines, y orientamos a los que vengan aquí a lo que necesiten. La tendencia se está igualando». El 43% de los fallecidos son incinerados frente al 57% que son inhumados.
Nunca tuvo miedo
¿Alguna vez ha tenido miedo?. Paco no duda en responder con seguridad y rotundidad. Cuando llegan familias rotas de dolor por un fallecimiento inesperado o de algún pequeño se le encoge el corazón, pero vivirlo en primera persona le ha hecho mucho más fuerte mentalmente: «Nunca he llegado a tener miedo. Estamos formados para manejar situaciones de tensión. Aquí vienen familias que han perdido seres queridos y no siempre son ancianos, porque hay casos de niños, accidentes de tráfico, y siempre generamos empatía con ellos».
Tiene anécdotas para escribir un libro pero hay dos que guarda especialmente. La primera fue mientras estaba colocando una lápida y de golpe, al mirar atrás, se encontró en soledad: «Un compañero y yo hicimos una inhumación y justo cuando estábamos introduciendo el féretro para colocar la lápida me giré hacia atrás y la familia ya se había ido. Se pensaba que estaba de broma, pero nos quedamos un poco extrañados».
En las calles del cementerio
Otra de las historias que refleja Paco Burgos en esta charla con LA VOZ y Cadena SER es que al principio notaba que el aprendizaje era constante. Mientras cambiaba las bolsas de las papeleras o barría el suelo de vez en cuando escuchaba unos pequeños golpes, «como un ¡boom!, y claro, yo no sabía exactamente lo que era”. Esos ruidos venían, y vienen, porque sigue pasando, desde dentro de los nichos: “Algunos ataúdes tienen una lámina de cristal y en verano, con el calor y la descomposición de los cuerpos, que generan gases, ese cristal explota, pero lo interiorizas. Nada de voces, ruidos extraños, o apariciones. Eso son leyendas urbanas».
Nuevas tecnologías
El cementerio de la capital sigue su crecimiento y Paco señala que las nuevas tecnologías le han facilitado el trabajo. Existe una aplicación mediante el cual una persona que no haya visitado nunca este lugar o quiera visitar a algún ser querido, encontrar rápidamente el nicho. Solo tiene que ponerse en contacto con el personal y facilitando nombre y apellidos lo encuentran en menos de un minuto: «La zona de la puerta principal es la más visitada porque todo el mundo tiene que pasar por aquí. Como el cementerio es cada vez más grande la gente se despista y pregunta por el nicho de su familiar o amigo. Gracias al programa Navision, donde están registrados los difuntos, con una simple llamada nos dan la ubicación y los acompañamos. También nos preguntan si ha pasado algo raro algún día, si hay personas importantes, curiosidades en general. Siempre les digo que hay que tenerle miedo a los vivos, que son los que te pueden hacer daño, porque los difuntos ya descansan».
Un trabajo más
Para quienes piensen que es un trabajo delicado o para el que no se sienten preparados, apunta que dentro de las historias que puedan darse en una inhumación lo que más llena es que las familias siempre agradecen la cercanía, el saber estar, y la empatía, de los trabajadores. Por eso Paco siempre tuvo claro por qué se metió en este oficio: «Miedo da llegar a final de mes y no cobrar. Es un trabajo que requiere formación para manejar ciertas situaciones, pero no debe asustar a nadie. Te reconforta ayudar a las familias que vienen con su dolor y pena, de estar dos días en un Tanatorio o del Hospital, y sin conocerte te agradecen el trato que das y la ayuda hasta última hora».
Trato cercano
Una actitud positiva y empática hace que su día a día sea tranquilo y en muchas oportunidades reconfortante. Paco Burgos es una enciclopedia de la vida y explica que hubo una jornada en la que no paraban de llegar coches fúnebres. Eran todavía los años previos al Covid donde el porcentaje de inhumaciones superaba a las incineraciones: «Siempre intento poner un punto positivo a las cosas porque si no sería imposible estar aquí. Hubo un día, antes de la pandemia, en el que había cinco coches uno detrás de otro esperando a que termináramos un servicio para iniciar otro. Una vez llegué a realizar ocho inhumaciones en 24 horas».
Recuerda también Paco Burgos que hace bastantes años se llevaba mucho más el visitar al familiar o al amigo en el cementerio. Él ha visto llegar a familias enteras allí para pasar el domingo incluso con el picnic: “Por aquí ha pasado gente de Barcelona, de muchos puntos de España. Hasta se quedaban aquí el domingo, comían dentro del cementerio”.
El lugar menos conocido
Se divide en varias zonas el cementerio de San José, en la capital, pero hay una que tiene algo especial para Paco. «Está la zona de panteones que pese a tener ya muchos años ves una arquitectura muy chula, con mármol y bóvedas que son obras de arte. Hay incluso esculturas, sarcófagos, pero como está un poco en desuso pues se nota el paso del tiempo», reconoce.
Poco a poco se va terminando esta charla y se llega a un punto en el que cuenta qué ocurrió en la época de la Guerra Civil española. En primer lugar, «la Junta de Andalucía hizo varias excavaciones hace unos seis o siete años con arqueólogos y encontraron varias tumbas. Al entrar al cementerio, a mano derecha, hay un jardín con un monolito donde están enterrados los fusilados del bando republicano. El bando nacional se encuentra al fondo del cementerio, en la cruz de los caídos, en la plaza de los panteones. Hay dos pisos bajo tierra». Y luego señala, junto a la fachada principal, «los disparos contra la tapia que había en esos fusilamientos».
Despedida
Llega el punto y final. Alrededor de media hora de experiencias, anécdotas y vivencias de un Paco Burgos satisfecho con su trabajo y la labor que desarrolla ayudando a las familias que tan mal lo pasan cuando pierden a un ser querido. No quiere despedirse sin recordar: «Yo valoro cualquier cosa. No me sale decir no tengo ganas de hacer esto. El más adelante no sabemos nunca si va a llegar y valoro los ratos con la familia, disfrutar de mi pareja, de mi hijo, de viajar. Te cambia la forma de pensar radicalmente».
Paco Burgos, sepulturero en los cementerios del municipio de Almería, se despide de LA VOZ y SER: «Ha sido un auténtico placer. Aquí tenéis a un amigo». Igualmente, caballero.
Vallada licita la gestión del tanatorio municipal por 14.400 euros (Levante)
La empresa que se adjudique el contrato prestará el servicio durante un plazo de 5 años
A.Navarro
Vallada | 23·05·23 | 13:51
El Ayuntamiento de Vallada ha licitado la gestión del tanatorio municipal. El consistorio que preside M.ª José Tortosa ha publicado en la Plataforma de Contratación del sector público el anuncio de la licitación de la gestión y explotación del Tanatori Municipal de Vallada, un contrato que sale a concurso por un valor estimado de 14.462 euros, sin impuestos incluidos, y por un plazo de ejecución del servicio de 5 años.
Los pliegos que rigen la licitación, así como el anuncio de la misma, se puede consultar en la plataforma de contratación, con el número de expediente 1406162D, en la página web https://contrataciondelestado.es/wps/poc?uri=deeplink%3AperfilContratante&idBp=XI3P9cFXwGk%3D.
Los interesados en presentar sus ofertas para adjudicarse el servicio de gestión del tanatorio de Vallada podrán hacerlo de manera electrónica antes del próximo 14 de junio a las 23:59 horas. Para más información se pueden poner en contacto con el consistorio en el número de teléfono 96 225 70 09, o en el correo electrónico contratacion@vallada.es.
Constantí ha iniciado la construcción de un velatorio con una subvención de la Diputación de Tarragona (Funerario Digital)
El Ayuntamiento de Constantí (provincia de Tarragona) ha iniciado las obras de construcción de una nueva sala de velatorios. Los trabajos han sido adjudicados a la empresa COASA por un importe de 470.243,11 euros (sin IVA) y se prevé un plazo de ejecución aproximado de 9 meses.
La ejecución de la sala coincide con la creación de la empresa pública de servicios funerarios de FuneCamp S. A.. El Pleno del Ayuntamiento aprobó el 23 de febrero de 2023 varios acuerdos relativos a la empresa pública de servicios funerarios de carácter supramunicipal que gestionará estos servicios en los municipios de Reus, Salou, Vilaseca y Constantí.
La construcción de una sala de velatorios es una de las actuaciones previstas en el Plan de Inversiones aprobado por el Ayuntamiento de Constantí para el periodo 2021-2024. La obra se beneficiará de una subvención del Plan de Actuación Municipal (PAM) de la Diputación de Tarragona.
El velatorio constará de dos salas, cada una de las cuales dispondrá de un espacio para la familia, otro espacio más reservado de velatorio y uno donde habrá expuesto el túmulo. También se prevé un espacio de acceso, un espacio de hall para las dos salas, los espacios de administración y de exposición y los baños necesarios por normativa. El edificio tendrá un volumen de planta baja de forma prácticamente cuadrada, exceptuando la zona de los baños que delimitan el área de la entrada y del acceso de servicios. El volumen tendrá un patio interior que dará iluminación natural y al mismo tiempo intimidad en las dos salas de velatorio.
También contempla el acceso rodado desde la avenida de les Forques. El punto de acceso se sitúa de manera que se permite la distribución de una zona de aparcamiento para un total de 21 vehículos para uso público y 1 aparcamiento para vehículo especial.
FuneCamp S.A. se constituyó como una nueva empresa de titularidad 100% pública entre los cuatro ayuntamientos, Reus, Salou, Vilaseca y Constantí, con un capital social de 1.200.000 euros y dividido en 1.200 acciones que estarán íntegramente desembolsadas. La titularidad de las acciones es proporcional a la aportación de cada uno de los municipios.